Que se pare el mundo que yo me bajo.

Aprendí que el que algo quiere algo le cuesta, pero me dijeron un día que detrás de la tormenta siempre llega la calma y que después de una mala racha llegan momentos inolvidables.
Estoy a un paso de comerme el mundo y a unos meses de ser libre, estoy a unas semanas de dejar lo que en un día fue mi presente y lo que ahora será mi pasado, estoy viviendo la vida de una adolescente,estoy aquí, en mi sitio, en mi lugar, en el ahora, porque se que me queda lo peor por pasar pero todo sea por la recompensa que me espera.
Vivo el día a día entre risas y llantos, vivo como mejor se hacerlo aunque el sueño y cansancio me pueda, porque se que es la recta final de una etapa en la que rendirse sería la mejor opción, pero afortunadamente no es mi caso, siempre he ido hacia delante y así será, el que la sigue la consigue.

Las huellas de la edad.

Pasan los días y con los días la juventud, pasan los meses y con los meses la agilidad, pasan los años y con los años las ganas de comerte el mundo, el tiempo pasa y no nos damos cuenta, parece que era ayer cuando estábamos jugando a ser mayores y ahora que lo somos no queremos serlo, curioso ¿Verdad?.
En la edad se encuentra la sabiduría, eso dicen y eso pienso, no hay mejor consejo que el que ellos te puedan dar, han vivido más que nosotros, tienen experiencias que nosotros nunca llegaremos a experimentar y además dominan cada etapa de la vida con una soltura que quien diría que no la han ido escribiendo en un diario día tras día, por ese motivo y por otros muchos debemos aprender de cada paso que damos y de cada decisión que tomamos, porque queramos o no uno siempre recibe lo que da.

Tres no son multitud.

De golpe y sin avisar, así entraron en mi vida, nada planeado, lo prometo.
Era una tarde de verano de estas en las que no tienes nada mejor que hacer, enchufé en aire al máximo y me dejé caer sobre la cama, me puse a pensar y pensando me di cuenta de que estaban en casi todos los instantes que me hacen sonreír.
Acudiendo a mi memoria vi que un elevado porcentaje de mis recuerdos pertenecían a ellas, a cada instante que pase a su lado, a cada risa, a cada llanto, a cada enfado tonto, a cada sorpresa, a cada nueva experiencia juntas... acabaría antes diciendo que he pasado tanto tiempo a su lado que no veo el momento de separarme de ellas. Estoy segura y pongo la mano en el fuego cuando digo que si diese marcha atrás caería una vez más!

"Quisiera ser el chiste que a ti siempre te de risa"

Con tan solo una frase me dejo loca, si como lo oís, increible pero cierto, supo como conquistarme desde el minuto uno, aún hoy yo me pregunto como supo dar con la clave y mira que se lo he preguntado veces, pero sigue sin darme una respuesta a mi pregunta,se limita a sonreír y a decir: " Lo hice, supe como hacerlo y acerté, pero no creas que acerté por casualidad, estuve pensandolo varios días, no eras chica fácil y tenía claro que sólo tenía una oportunidad"
Mira yo no sabré como, pero si recuerdo ese día como si me lo hubieran grabado segundo a segundo en mi cabeza, era una tarde de un día cualquiera, me dirigía a casa como lo habitual, cuando él se interpuso en mi camino, desde ese momento me dejaste prendida, lo admito y lo admitiré toda mi vida, sonreír es una de mis aficiones y sinceramente tu supiste dar en el clavo escogiendo el día perfecto, la hora perfecta y las once mejores palabras que de tu boca pudieran haber salido.

The boy next door.

Dicen que la distancia es el olvido, pero como se puede comprobar en mi caso no es así.
Recuerdo los días previos a su despedida, comentaba a mis amigas que no podría estar sin él más de una semana, que no estaba preparada para esa experiencia, pero ellas me decían: Silvia ,si le quieres, apoyalé. Así lo hice.
Cada momento, cada costumbre, cada rutina y cada cosa que haciamos juntos me recordaba a él, pero aprendí a controlar mis recuerdos, aprendí que cuanto más rápido quieres que pase el tiempo, más lento va, así que decidí lo siguiente; decidí respetar sus decisiones y apoyarle, decidí sufrir a cambio de su felicidad, porque si él estaba bien yo también.

Es precioso y precisa una sonrisa.

Es uno entre un millón, es el único entre tantos, es especial, es genial, es imprescindible , es.... ÉL.
Era levantarse e ir directo a mi habitación ¿a qué? a despertarme con un " Buenos días princesa", él sabía que me encantaba que hiciera eso, por eso cada día lo repetía como si fuese la primera vez.
Me sumergía entre sus brazos, no había lugar en la tierra dónde me sintiera más segura que allí, sabía cómo hacerme feliz, sabía sacarme millones de sonrisas al día y por si fuera poco me las mantenía durante semanas, meses y años. ¿Qué más se puede pedir? yo creo que nada, con él todo me sobra y me basta.
Te he echado de menos todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar, he soñado el momento de verte al lado mía haciendome cosquillas dónde tú solo sabes que me gusta y ahora estás aquí, a mi lado, riendote de lo que estoy escribiendo mientras te tomas ese refresco que tanto te gusta y que yo tanto odio , pero ¿sabes una cosa? que me da igual todo, sólo quiero permanecer en este instante el resto de mis días, pero antes tengo que añadir algo más: me tienes ganada.

Susurros de abríl.

Y entonces me descubrí mirándome. Allí estaba yo, de pie, justo enfrente del espejo donde siempre te imaginaba.Como parte de un plan astutamente preparado te imaginaba siempre con la cantidad justa de luz, la suficiente como para que yo pudiese componer el resto.

Durante unos minutos centré toda la atención en mis ojos, grandes, de tonos melosos, y fue entonces cuando por primera vez te encontré en mí. Allí estabas tú, en cada parpadeo, en cada instante, en cada movimiento...

Sorprendida, decidí seguir con la "auto-exploración", y en cada uno de los pasajes de mi cuerpo pude descubrirte, en algunos más escondidos que en otros, pero en casi todos estabas bien presente.

¿Por qué estaba sucediendo? Quizás te había idealizado tanto que estaba hecha de pedacitos de tí, de tu voz, de tu andar, de cada despertar, del reír, del caminar,de los susurros de abríl, del sentir, de saber que estoy echa de tí.

F_ _ ICIDAD.

Efectivamente, quien nos iba a decir que esto iba a ocurrir, eramos dos auténticos desconocidos pero con similitudes inalcanzables.
Tú, que te quedaste enganchado a mis ojos, recuerdo que no parabas de mirarlos, pero admito que yo exprimía los tuyos al máximo. 
Día sí y día también, ocurría lo mismo, exactamente lo mismo, era capaz de retratar en mi mente cada movimiento que hacias a lo largo de la tarde.
Tomábamos caminos diferentes, odiaba esa esquina al igual que tú, pero solamente porque nos alejaba a cada paso que dábamos.De la misma manera que la odiabamos tambien ocurría lo contrario,nos entantaba, ¿por qué? es simple, ahí comenzó todo.